La mamografía es una técnica de radiografía simple que, mediante la emisión de dosis bajas de rayos X, obtiene imágenes del tejido interno de las mamas de la mujer. Al tratarse de una radiografía simple no requiere la inyección o la ingestión de sustancias de contraste ni la colocación de ningún tipo de instrumento en el cuerpo de la mujer a la que se le realiza la mamografía.
Aunque técnicamente muy similares, por no decir que idénticas, se distinguen dos tipos de mamografía en razón de la finalidad con la que se realizan: la mamografía de detección y la mamografía de diagnóstico . La primera es la que se realiza como parte de los programas de detección precoz del cáncer de mama, y por tanto a mujeres que no presentan ningún tipo de signo o síntoma de la enfermedad. La segunda se practica a mujeres en las que ya se han detectado signos o síntomas sospechosos, como nódulos, engrosamiento de la piel, secreción por el pezón y otros y, como su nombre indica, tiene como finalidad establecer un diagnóstico de tales alteraciones.
Así como en el caso de la mamografía de detección basta con la toma de dos radiografías de cada mama, en el de la de diagnóstico se requiere la toma de un mayor número de ellas desde diferentes ángulos, o incluso ampliando una zona sospechosa, con objeto de que no pase inadvertida ninguna alteración.
Para la realización de la mamografía la mujer se ha desnudar de cintura para arriba y colocar la mama, tal como se le indique, sobre la plataforma que tiene al efecto el aparato de mamografía.
El técnico radiólogo que realizará la toma de la mamografía le comprimirá el seno con una placa que desciende verticalmente sobre la plataforma. La compresión de la mama es necesaria:
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Para aplanarla y hacer que todos los tejidos de la misma puedan visualizarse
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Para que sea menos probable que pequeños nódulos o anormalidades queden ocultos por los tejidos circundantes
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Para que se pueda aplicar la dosis más pequeña posible de radiación
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Para evitar movimientos de la mama, que darían lugar a una imagen borrosa
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Para evitar la dispersión de los rayos X y aumentar así la resolución de la imagen
Se tomarán imágenes en dos posiciones: vertical de arriba hacia abajo y lateral oblicua. Este proceso se repetirá en ambas mamas. Durante la toma de imágenes la mujer ha de permanecer inmóvil. Igualmente se le solicitará que no respire durante algunos segundos.
Una vez acabado el procedimiento se solicitará a la mujer que espere hasta que un radiólogo revise las imágenes obtenidas y certifique que son adecuadas o indique que se tomen otras nuevas.
Aun cuando la mamografía es un procedimiento indoloro, la compresión a la que se somete a las mamas durante la toma de imágenes puede resultar más o menos molesta dependiendo de la sensibilidad de cada mujer. Se recomienda que las mujeres con mamas especialmente sensibles eviten realizarse la mamografía durante los días de mayor sensibilidad, que suelen ser los de la menstruación y los inmediatamente posteriores. En cualquier caso, si la mujer experimenta una gran incomodidad o molestia debe comentárselo al técnico radiólogo para que intente reducir la compresión.